Por Pedro Orozco Tapia.
Nota introductoria: Las siguientes líneas son deliberadamente escritas así. Creo que mientras se piense el psiquismo en base a los procesos psíquicos que por algo son primarios, el espíritu de estas líneas y de la ciencia que las inspira trascenderá el tiempo.
Honestamente os digo:
No creo haber sido bordado con la diestra mano de nuestro maestro vienés, pero si bien, él no guía mi voz al hablarle a mi paciente, estoy en la certeza de que inspira mi esfuerzo por aliviar sus congojas.
De la misma manera y por respeto a mi trabajo, pasado, presente y futuro, por la formación que estoy forjando; se me impone discutir a aquellos que blandiendo el psicoanálisis, pretenden sobajar el método, en pos de la modernidad capitalista en la que hoy vivimos.
Ante mis ojos no es justo para mi amado Freud, después de que algunos de nosotros pretendemos con esfuerzo vivir a través de sus enseñanzas, que se le ponga como centro de una rutina cómica, puesta en la marquesina como un evento académico, de discusión y diálogo. No sólo no aporta nada a la construcción de un saber teórico; al festejar los chistes, pone a mí entender en predicamento la ética, el intelecto y la pertinencia no sólo del itinerante bufón; sino de los heraldos el Rey y la corte entera. Por muy neurótico, senil o vicioso que fuera nuestro maestro. Lo veo como morder la mano que nos alimenta.
Pero dejando a Freud de lado, asumo mi narcisismo herido y me exijo reparación al exhibir estas líneas con el fin de proponer un espacio abierto, público (no virtual) para debatir ideas tan aberrantes como: “El psicoanálisis a través de medios electrónicos”.
No creo estar dándome golpes de pecho, ni rasgándome las vestiduras al pedir un encuentro, a aquellos que sostienen que el tratamiento psicoanalítico y la ciencia en que se basa, pueden erguirse fuera del consultorio o a través de otro medio que no sea la fonación humana.
Conciente estoy, tanto de que implica provocación, como de que probablemente esté equivocado, pero creo firmemente que los discursos de aquellos de quienes hablo no se sustentan más que en algún enunciado sacado de contexto… por lo menos no lo hacen psicoanalíticamente.
¡Basta ya! Basta de discursos vacíos, huecos y banales. Que cobijados en florituras pseudo-intelectuales, aparentan robustecer nuestra aspiración psicoanalítica; cuando lo único que robustece es el ego de quien los pronuncia; Un hablante, no un interlocutor, más que un hablante un parlante, que de mucho hablar poco escucha al poco auditorio que resistiéndose a la hipnosis de sus palabras y al entorno absorto de sus iguales, pretende cuestionar a aquel que fingiendo contestar vuelve a sumir (se) en el hechizo.
Pueden tomar mis palabras a mofa, como lo dije antes esto es narcisismo, y a la vez, implica sublimación y catarsis; podrá ser terapéutico (pero no es terapia). Lo único que sé de cierto es que el camino de la formación es sinuoso y difícil pero no azaroso; uno elige lo que le sirve para el camino y lo que no, así como elige su vereda, elige también los amigos que lo acompañan y las luces que seguirán alumbrando su camino.
Agradezco, la energía y la luz que invierten en mis palabras; cuando menos, seguro estoy que servirán para limpiar alguna de sus miserias.