Sin Género


Por Aaron Alberto Coronado Peña.

Hoy fue la presentación de la revista “Sui Generis” de la Facultad de Psicología.

El primer encuentro que tuve con ella fue en el semestre pasado cuando Cecy llega a la USP y las ofrece de manera gratuita entre las personas que están. Yo recibo una de sus manos e inmediatamente, primero con una hojeada rápida, absorbo el contenido de ella. Cuando llega Cecy por segunda ocasión me pregunta sobre la opinión que tengo sobre la revista; sentí levantar las cejas mientras le decía: “Está muy bonita”. No sabía lo implicada que ella estaba en la revista, aunque no creo que hubiera cambiado algo de haberlo sabido.

Me refiero a este primer encuentro solo por la devolución que le dí a Cecy respecto a la revista, pues el “esta muy bonita” fue todo lo que alcance a articular en ese entonces, y por alguna razón, sentí ahí bloquear la opinión que frente a ella sentí.

Hoy recibimos la consigna de la Mtra. Carmen Hernández de ir a la sala audiovisual para estar presentes en la presentación de la revista, dócil como soy, estuve ahí. Lo primero que escucho al llegar a la presentación es un: “¡Ahh! mira, hay café, cocas y galletas.” Mira que bien, pienso yo, y entro al recinto. Una sonriente y orgullosa cara del director de nuestra Facultad se me impone al entrar, seguido de sus palabras toca el turno del Mtro. Marco Tulio, quien elegantemente da sus respectivos (y por qué no, bien merecidos) elogios a la revista y los honorables miembros que la constituyen. A continuación y en un orden estructural que no dejaba nada que desear pasa el editor en jefe de la revista, muy bien vestido y con esa sonrisa plagada de orgullo. Y mientras hace énfasis, quien preside, sobre los esfuerzos de él y sus compañeros mencionados para llevar a cabo tan elaborado proyecto se me impone la idea, o se pensó en mi (o como se le quiera llamar): “Pero que bien les esta saliendo todo” y fue hasta entonces en que pensé: ¿Por qué es que TODO esta saliendo tan bien? ¿Qué es lo que se esta jugando en esta revista? ¿Imagen? ¿Prestigio? En fin, vagas elucubraciones de su servilleta paranoica. Eso sí, conforme transcurre el tiempo no le encuentro el contenido a la revista.

Después del presidente pasa una educada señorita quien, con lujo de detalles se encarga de explicar el nombre de las secciones a publicar y lo que iban a tratar. Todas ellas, las secciones, con nombres para recordar, nombres pop, se me ocurrió, y al final explica sobre unos graciosos personajes que aparecerán en la revista tales como Limonsin y Memo, entre otros.

Y si hasta entonces todo lo había visto (y vivido) desde un lugar ajeno a la situación, fue en ese entonces cuando pensé: ¿De que diablos sirve, en una revista de difusión universitaria con contenido de orden Psicológico y social, agregar un grupo de monitos que me recuerdan por alguna razón a Las pistas de Blue?

De inmediato siento unos nervios sin control, pues sabía, ahora con certeza, que había una... dejémoslo en inconformidad respecto al contenido que era mostrado. Primero creí inmoral e irrespetuoso plantear una molestia en tan bello evento, después; fue esa misma razón la que me movió a preguntar, a decir algo que saliera de lo ya organizado y de lo meramente perceptible. Y me recordó ¿no son los amables obsesivos quienes nos muestran que subyacente a la organización y a la pulcritud que proyectan se encuentra un algo, lo no dicho por ser cursi, y ese algo es el móvil de lo que se ve?

Algo hay aquí, hay algo que no esta sabido me gritaba para mis adentros.

¿Será que nuestros compañeros se han ocupado tanto de la apariencia que se han olvidado del contenido? O ¿es que este contenido está ya dirigido? No lo sé. Durante estas consideraciones conmigo mismo se me venía la pregunta: ¿Es que acaso piensan que nosotros estudiantes no podríamos asimilar tan batallosa información y fue entonces menester hacerse de herramientas (Limonsin y demás) para que seamos nosotros capaces de incorporar ese saber por ellos propuesto?

Una vez que alzo la mano, pregunto: ¿Cuál sería la finalidad o el objetivo de los personajes agregados en la revista? Me es explicado que cada personaje es muy singular y que cada uno cuenta con una personalidad, y que ellos están ahí para dar un diferente punto de vista (¿diluido acaso?) sobre determinado tema. Como me reconocí inconforme con la respuesta no le di el “esta bien, gracias” que me pedía quien me respondió y simplemente callé. Ante la tensión en el ambiente se apresuro el director a dar sus opiniones sobre la revista y habla de lo objetiva que se es frente a los temas a tratar, y me causó gracia el ver al director hablar sobre la imparcialidad en que es hecha esta revista estudiantil.

¿No sería una inconformidad (suya o de alguien mas, no importa quien) un claro ejemplo de imparcialidad y una muestra de debate? Un halago fue lo que oí. ¿Están entonces el director u organismos superiores (en jerarquía) implicados en lo que representa y muestra esta revista? En dado caso que así sea ¿cómo es determinada la imparcialidad en estos casos?

¿Será acaso que se planea levantar un estandarte elaborado con hilos de oro y plata para representar a nuestra facultad?, un estandarte que haga mención de lo bien, de lo bonita que nuestra facultad está (tomen nota, está).

En la última entrevista* que se le hizo a Michel Foucault, comentó al terminar la misma sobre un aspecto que directa o indirectamente nos concierne a todos los profesionales de lo que sea: “Nada es mas inconsistente que un régimen político que se muestra indiferente a la verdad; pero nada es mas peligroso que un sistema político que pretende proscribir la verdad. La función de decir verdad no tiene por que tomar la forma de la ley, igual que seria vano de creer que reside de pleno derecho en los juegos espontáneos de la comunicación. La tarea de decir la verdad es un trabajo infinito: respetarla en su complejidad es una obligación que ningún poder puede ahorrarse. Salvo que imponga el silencio de la servidumbre.

Te dejo a ti, amable lector la opción de dar respuesta a estas preguntas y te exhorto a que, con espíritu critico y en pro de la verdad, te cuestiones sobre el quehacer en nuestra bien vista Facultad de Psicología. Que quede claro que con esto no trato de promover el parloteo ni mucho menos, pues de nada sirve una crítica sin una acción, esto es todo lo que yo puedo hacer el día de hoy, ¿quién sigue?

Las opiniones personales las guardo para mi y para quien se preste al dialogo.

Solo recuerda la frase: “no todo lo que brilla es oro” para que a eso Manu Chao se apresure a contestar “No todo lo que es oro brilla” y que eso nos de en que pensar.

*Entrevista transcrita en la revista “La nave de los locos” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Verano de 1984.